El movimiento sindical en Colombia se
encuentra en crisis. El protagonismo de los sindicatos ha disminuido en las
decisiones sustantivas del mercado laboral de manera evidente. Debido a cambios
en las relaciones contractuales y al posterior crecimiento de la tercerización
laboral, sumado al crecimiento del ideario antisindical en los empleadores y a
la falta de formalización del proceso de negociación en el sector público, los
sindicatos pierden cada vez más su poder de negociación real dentro del mercado
laboral colombiano.
En ese contexto, existen cuatro razones
fundamentales que explican el decaimiento del movimiento sindical en el país:
1. Los cambios en la estructura productiva
del país afectan la labor de los sindicatos
Los cambios en el nivel de escolaridad en
la Población Económicamente Activa (PEA) y el aumento en los costos laborales
han generado una transformación en la estructura productiva del país. Lo
anterior, claramente afecta la base social de los sindicatos y reduce su capacidad
de acción dentro mercado laboral, pues la mayoría de sus afiliados pertenecen a
los sectores que presentaron caídas en la participación del empleo urbano.
2. Los cambios en las relaciones contractuales y en la reglamentación jurídica afectan la capacidad de acción del movimiento sindical
El cambio en la regulación salarial (por
ejemplo, el pago de horas extras, recargos nocturnos, dominicales y festivos)
transformó la identidad de los trabajadores y el sentido de pertenencia con las
empresas e incentivó la búsqueda para disminuir los costos de contratación por
parte de los empleadores. La falta de un contrato laboral formal, con
prestaciones sociales que garantizara la estabilidad laboral, minimizó el papel
que juega una organización sindical dentro de cualquier empresa. El auge de los
contratos por prestación de servicios y el outsorcing impiden que los
trabajadores se agrupen y se vinculen para proteger, garantizar o mejorar sus
condiciones laborales. La caída en la contratación de trabajadores de planta
reduce, por obvias razones, la estructura presupuestal y organizacional de
estos movimientos y la identidad del trabajador perteneciente a un entorno
laboral.
3. La politización y los intereses
particulares atentan contra el deber ser del sindicato colombiano
La politización y la dependencia de las
agendas políticas de los dirigentes no permiten enfocarse en los problemas
estructurales que demandan la intervención de los representantes de los
trabajadores. Existe una relación muy estrecha entre los partidos y movimientos
políticos de izquierda y los sindicatos en el país.
4. Las actitudes y la violencia
antisindical son muy fuertes en Colombia
La actitud antisindical por parte de los
empresarios ha generado una extrema estigmatización sobre el movimiento. Más
aún, según datos de la Escuela Nacional Sindical, Colombia es el país más
peligroso del mundo para ejercer la actividad sindical, debido a la violación
de derechos humanos y del derecho a la vida, llegando a cerca de 12500 casos de
violaciones de derechos (torturas, persecución, asesinatos) entre 1986 y 2011
(Cote, 2012). Según Luis Alberto Vanegas, miembro de la Central Unitaria de
Trabajadores (CUT), en Colombia se cometen el 60% de los asesinatos de
sindicalistas que se presentan en todo el mundo. Así, en Colombia no sólo es
difícil pertenecer a un sindicato por el estigma que esto conlleva, sino que se
agrega una amenaza a la seguridad y al derecho a la vida por pertenecer al
movimiento.
Juan Felipe Rubio
Recuperado de http://blogs.elespectador.com/el-mal-economista/2015/03/25/crisis-del-sindicalismo-en-colombia-2/
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